martes, 5 de junio de 2007

Cuentos tradicionales japoneses: La grulla agradecida - 日本の昔話・鶴の恩返し

Hace mucho tiempo, un joven vivía solo en una casita al lado del bosque. Cierto día de invierno que había nevado mucho, mientras volvía a casa, el joven oyó un extraño ruido, que parecía provenir de un campo lejano. Se acercó hasta allí, y descubrió que el ruido eran los quejidos de dolor de una grulla ( tsuru) que estaba tumbada sobre la nieve, con una flecha clavada en una de sus alas. El joven se compadeció del pobre animal, y con mucho cuidado, le arrancó la flecha. El ave, ya libre, voló hacia el cielo y desapareció.

El joven volvió a casa. Su vida era solitaria, triste y muy pobre, apenas tenía dinero para poder comer, y se sentía muy solo porque nadie le visitaba nunca. Pero de repente, esa misma noche, alguien llamó a la puerta.


"¿Quién será, a estas horas y con una nevada así?", pensó el joven.
Y cuál no fue su sorpresa cuando, al abrir la puerta, se encontró a una joven y preciosa muchacha, que le dijo que se había perdido a causa de la intensa nevada y le pidió que le permitiera descansar y pasar la noche en su casa. Él, naturalmente, aceptó encantado, y la muchacha se quedó hasta el amanecer, y también todo el día siguiente. Era una jovencita tan hermosa, tan dulce y tan humilde, que nuestro protagonista se enamoró de ella y le pidió que se convirtiera en su esposa.

Ambos jóvenes se casaron y vivieron felices, a pesar de su pobreza. Hasta los vecinos se alegraron mucho de verles a los dos tan contentos. Pero el tiempo vuela, y pronto volvió a llegar otro crudo invierno. El joven y su mujer, tan pobres como eran, se encontraron una vez más sin comida y sin dinero.
Cierto día la mujer le dijo:

- Yo sé tejer bien y puedo confeccionar hermosas telas. Es posible que las puedas vender por un buen precio en el mercado del pueblo y que con eso consigamos dinero para vivir.

Su marido aceptó, y le construyó él mismo un telar en la parte trasera de la casa. Antes de empezar su trabajo, la joven le rogó que le prometiera no entrar nunca en aquel cuarto durante el tiempo que ella estuviera trabajando. Él se lo prometió, y durante tres días con sus tres noches, sin salir de la habitación en ningún momento, la joven trabajó sin descanso hasta terminar una preciosa tela, que su esposo, efectivamente, logró vender por un buen precio en el mercado del pueblo.

Con el dinero de esta venta, el joven matrimonio pudo sobrevivir durante varias semanas, pero pronto se les terminó y volvieron a encontrarse en la pobreza, en medio de aquel durísimo invierno que aún no había acabado. Así que otra vez se metió la mujer en el telar, y de nuevo se pasó varias noches confeccionando otro tejido, tras haberle vuelto a prometer su marido que no entraría en el cuarto mientras ella trabajaba.

Esta vez fueron cuatro días los que la joven se pasó encerrada en el telar trabajando ininterrumpidamente, al cabo de los cuales, la mujer había confeccionado un tejido más hermoso y fino aún que el anterior. Tan maravilloso era, que con el precio de su venta el joven matrimonio logró dinero suficiente para sobrevivir durante el resto del invierno y todo el año siguiente.


Desgraciadamente, esta seguridad para el futuro empezó a despertar sentimientos de avaricia en el joven. Movido por los deseos de conseguir más dinero, y por la insistencia de sus vecinos, que le preguntaban cómo era posible que su mujer tejiera tan bien sin salir nunca a comprar hilo, le pidió una y otra vez que volviera al telar y confeccionara un tercer tejido. Ella al principio se negó, porque pensaba que ya tenían suficiente dinero para vivir y no era necesario que siguiera tejiendo, pero el joven siguió insistiéndole hasta que finalmente ella accedió. Así que de nuevo se metió en la habitación del telar dispuesta a confeccionar el nuevo tejido, no sin antes recordarle a su marido la promesa de no entrar mientras ella estuviera ocupada.


Pero esta vez, el joven, llevado por su curiosidad, decidió incumplir su promesa, y abrió la puerta del telar. La sorpresa que se llevó al ver lo que sucedía fue tan grande, que dejó escapar un grito. Allí, manejando el telar, no estaba su mujer, sino una blanca grulla que confeccionaba el tejido con sus propias plumas, que ella misma se iba arrancando. Al oír gritar al joven, la grulla dejó de trabajar e inmediatamente se metamorfoseó en la misma joven y hermosa muchacha con la que él se había casado.


- Yo soy la grulla a la que tú ayudaste aquel día, explicó el ave -, y quería mostrarte mi agradecimiento convirtiéndome en tu mujer y ayudándote a salir de la pobreza, sacrificando para ello las plumas de mi propio cuerpo, con las que hacía estas telas que te han dado tanto dinero para vivir. Pero ahora que has descubierto mi secreto, ya no puedo seguir aquí, así que me voy para siempre.

- No te vayas - suplicó el joven -. Perdóname, por favor, tú vales más para mi que todo el dinero del mundo. Quédate conmigo, te lo ruego.


Pero a pesar de sus ruegos, ya no había remedio. La joven volvió a metamorfosearse en grulla, y levantando el vuelo, se fue para no volver jamás.


(fuente: "Antiguos cuentos del Japón" - LibroDot.com )

12 Comments:

Anónimo dijo...

Me apena tanto que en este tipo de cuentos el protagonista nunca tenga otra oportunidad... nadie nace con todas las respuestas, no es justo. De todos modos gracias por tu texto, me has hecho pasar un buen rato.

Anónimo dijo...

En cierto modo no es más que una advertencia más que justificada. Si traicionas la confianza del ser amado es más que probable que lo pierdas. Ya sea, físicamente, porque te abandone o espiritualmente, porque por mucho que quieras perdonar a alguien, por dentro, algo te cambia tras algo así.

Y aunque no nazcamos con todas las respuestas, hay que aprender que cada acto tiene una consecuencia y no siempre se pueden dar pasos atrás.

Oh yeah! Crudeza y realidad, siento el tono, pero aborrezco la irresponsabilidad en cuanto a los propios actos que tienen que ver con terceras personas XP

Anónimo dijo...

Ya peq, pero normalmente se da una segunda oportunidad, si es que hay aprecio verdadero.Pero si es cierto que algo queda, aunque ello no tiene por qué ser un impedimento para seguir adelante con la relación.


Pero bien, como advertencia supongo que debe ser exagerado ;P

Claro que yo lo hubiera mandado a tomar viento por obligarme a trabajar antes y no por faltar a la promesa XD

Aighash y Moreloth dijo...

En general estoy de acuerdo con Darja XD. Q cojoncios hacía él mientras? Podría haber hecho más telares y venderlos, no? Que asco de gente XD.
La verdad es que si faltan a una promesa es algo que duele, pero siempre depende de a que tipo de promesa se falte. En general si quieres suficiente a la persona, le perdonas o simplemente estás más advertid@ de su carácter, algo que a veces conviene.
Bueno, supongo que en estos cuentos no es que la grulla no quiera quedarse, si no que no puede porque se ha roto el hechizo.
En fin, cuentos así, sí que hacen darse cuenta de la importancia de ciertas cosas. Creo que afectan más hondo a la gente si tienen este final. Eso de no romper las promesas en Japón debe de estar mucho más inculcado culturalmente que aquí, porque con Taro Urashima y este ya van dos.
(Aighash)

Zanthia Khalá dijo...

^^ tuve anteriormente la suerte de leerme este cuento, lo cierto es que me resulta un poquito triste.

Muy buena entrada, Katsu, todos adoramos tus cuentos japoneses!!

Shirayuki Hanami dijo...

Que bonitoooo


Pues yo creo que el que la grulla se vaya a la primera es una buena manera de decir a los niños que con el honor no se juega, que no hay segundas oportunidades... Porque si la grulla le hubiera perdonado una primera vez, ¿quién le explica a los niños que sólo le da una segunda oportunidad, y no una tercera, una cuarta... vamos, que se toma las promesas por el pito del sereno??

Y esto me recuerda a la violencia de género, por eso de no aguantar ni una vejación...

Deka Black dijo...

Totalmente de acuerdo con hanami, y ademas, es que el tio eraun celoso y un desconfiado... vamos a ver: Tiene una esposa oven, guapisima, que le quiere, y gracias a la cual no les falta el dinero cuando es necesario. Que quereis que os diga... se lo ha ganado.

Axajon dijo...

La verdad que no encuentro razones objetivas para que la grulla esa se queje mucho, a fin de cuentas...si hubiera sido la gallina de los huevos de oro hubiera sido destripada.

Kenneos dijo...

Este cuento es de mis favoritos. La verdad es que la grulla lo da todo por su amado solo con la única promesa de que no desconfié de ella. Sin embargo llevado por la codicia la irrumpe y descubre su secreto.

Creo que hay otra lección, ¿Que es mas importante el amor y la confianza que depositas en tu pareja o el dinero?

Algún día me gustaría hacer un manga de un par de hojas de este cuento a color.

Karl Tayfer dijo...

Hermoso cuento, había tenido la fortuna de leerlo con anterioridad. Sin embargo, en la versión que conocía fue la madre del protagonista quien pidió el nuevo telar, e incluso el protagonista trató de impedirlo, pues la ves anterior había caído enferma. Cuando la madre la descubre, ella intenta volar lejos, pero débil, cae en el camino, solo para decir a su amado sus últimas palabras antes de morir... Realmente me llegó al corazón esa versión... Realmente triste u.u...

hechizos de amor dijo...

es un hermoso cuento, siempre deja una enseñansa. buen post. saludos

amarres de amor dijo...

excelente blog, me encantan las historias que compartes, muchas gracias. saludos

 

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